El JIT, el Kanban y la Teoría de las restricciones


Continuando con la clase del lunes 16 de mayo, en la que trabajamos 3 tipos de suministro dentro de una cadena de montaje de automóviles (call, Kanban y secuenciado), vamos a puntualizar algunos detalles sobre la técnica Kanban.

En primer lugar hemos de discernir entre los conceptos Just-in-time (JIT) y Kanban, ya que están relacionados y a veces se usan como sinónimos, pero no son exactamente lo mismo. El JIT como filosofía tiene el propósito de satisfacer las necesidades del cliente o lo que es lo mismo obtener la calidad deseada de producto, usando mínimos recursos necesarios. Esta filosofía ha inducido una serie de técnicas de dirección de los procesos de producción. Una de estas técnicas es el «Kanban«, que como bien describen posts anteriores, utiliza un sistema de tarjetas o electrónico para ajustar la producción a la demanda en tiempo real. Así, el JIT es una noción que además de abarcar un conjunto de técnicas productivas y envuelve también un particular modo de entender la gestión de proveedores y de recursos humanos.

Además del Just-in-time, según el Blogger Jose Manuel Beas (http://blog.jmbeas.es), para comprender el funcionamiento del Kanban es necesario tener presente la Teoría de las Restricciones, desarrollada por el físico israelí Eliyahu M. Goldratt, según la cual la eficiencia global se incrementa concentrándose en los elementos débiles. Y es que identificando restricciones que limitan el rendimiento de un proceso productivo, es posible gestionar de forma adecuada la producción desde el principio. El control de las tarjetas Kanban es un sencillo mecanismo para dar trazabilidad a nuestro proceso de producción:

Si hay muchas tarjetas Kanban, la información deja de ser tan efectiva y no se sabe qué partes del proceso suponen una restricción, por ejemplo, de recursos humanos.

Si se reduce el número de tarjetas se reduce el número de set-up (cantidad de tiempo necesario en preparar la maquinaria para introducir variantes en el producto). Ello conduce a reducciones en el stock, lo que termina con su rol de amortiguador frente a las inestabilidades de la producción.

 

 

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