El sistema kanban/pull en la vida diaria


En la práctica realizada en esta asignatura con el profesor Julio Juan García Sabater pudimos, entre otras cosas, ver de primera mano el funcionamiento del kanban y del sistema pull. Algunas de las cuestiones que abordamos aquel día era que para cada loop deberíamos poner un kanban con un Q diferente, y que el kanban necesita holgura para que el sistema funcione de manera correcta, sobre todo si introducimos en el sistema piezas especiales (críticas o urgentes).

Ello me hizo recordar un capítulo que aparecía en el famoso (y recomendado) libro “Las claves del éxito de Toyota” de Jeffrey K. Liker, donde se explica de manera muy sencilla el concepto de kanban y pull aplicado a la vida cotidiana, una manera muy afortunada de desmitificar estos conceptos tan abstractos que vemos en el máster.

Las claves del éxito de Toyota', por Jefferey K. Liker

Dentro del principio 3 de Toyota, «utilizar sistemas pull para evitar producir en exceso«, se nos plantea el siguiente problema: cuando se decide comprar gasolina para el coche, ¿se rellena el depósito de acuerdo a una planificación o se podría considerar llenar el depósito simplemente una vez por semana, por ejemplo, los lunes por la mañana? Es muy improbable que alguien use este método, ya que si se hiciera se observaría que a veces no se necesita realmente la gasolina los lunes por la mañana, mientras que otras veces nos quedaríamos sin ella antes del lunes. Lo más común es que cuando sé que el indicador de la gasolina se está acercando a 0, pare en una estación de servicio a repostar. Pues el mismo comportamiento del sistema pull funciona para la mayoría de las cosas rutinarias. El desencadenante es, simplemente, que vemos que el nivel del stock de un artículo nuestro está bajo y, en un momento dado decimos “será mejor que vaya y pida un poco más de esto”.

Con esto tampoco significa que todo puede ser rellenado basándose en un sistema pull. Algunas cosas deben ser planificadas. Siempre que se esté comprando un artículo especial o de un solo uso hay que pensar que es lo que se desea, considerar los costes y los beneficios, y planear cuándo comprarlo. Es decir, se crea una planificación para comprar algo, debido a que no existe una necesidad inmediata de ello.

Los servicios son otro tipo de compra que no es inmediata, pero debe ser planificada. Por ejemplo, si queremos limpiar una fosa séptica no existe ninguna forma de conocer si está llena y si requiere de un vaciado. De este modo, por lo general, se recurre a la planificación (que puede ser incorrecta) para la limpieza de la misma. No obstante, desde hace unos años existe un dispositivo en el mercado que puede ser instalado para detectar el nivel de la fosa séptica, de manera que cuando se alcanza el punto de pedido, se indica a través de una señal de radio el momento en que se requiere de su limpieza. Si se instala este dispositivo se puede eliminar la necesidad de un sistema de planificación y se puede sustituir por un sistema de rellenado por sistema pull con una señal para rellenar (vaciar, en este caso) basado en el uso actual.

Con este sencillo ejemplo en el capítulo se explica como Toyota trabaja constantemente para alcanzar el ideal de rellenado just-in-time. Usando kanban se está:

  • monitorizando y coordinando detalladamente el uso y rellenado de miles de piezas y herramientas
  • organizando planificaciones específicas para el rellenado
  • desarrollando reglas para determinar el momento de enviar la señal pull de llenado
  • calculando la máxima cantidad de inventario permitido

En la mayoría de casos el sistema kanban/pull trabaja mejor que un sistema de planificación. Aunque siga dependiendo de pequeños buffers de inventario o “almacenes de piezas”, el inventario es siempre un compromiso. De esta manera la meta es eliminar el “almacenado de piezas” y conseguir un flujo de pieza a pieza (one-piece-flow) allí donde sea posible. Para que sea más ilustrativo, en este sencillo vídeo podemos ver cómo se emplea un kanban de 4 piezas en un entorno industrial que funciona con un sistema pull.

Espero que estos ejemplos y conclusiones te hayan sido interesantes.

¡Gracias por leer el post!

Javier Navarro Martínez

Valencia al mar: el transporte terrestre al Puerto de Valencia


Hace un mes nuestro compañero Rony escribió un post muy interesante sobre la importancia del Puerto de Valencia y la controversia que existe acerca de su posible expansión mar adentro. Como soy un apasionado de los mapas, y en particular de los de Valencia, he visto una muy buena oportunidad para hablaros brevemente de la historia de los accesos terrestres al Puerto y cómo la ciudad de Valencia históricamente ha crecido “de espaldas al mar”, lo cual ha complicado la logística urbana y el tránsito local hacia la costa.

A día de hoy existen varias alternativas para los vehículos ligeros y pesados para llegar a las diversas terminales del Puerto, entre las que se pueden mencionar la Avenida del Puerto, la calle Juan Verdaguer, el Puente de Astilleros o la Autovía V-30, pero no siempre ha sido así. Dado que el crecimiento de Valencia era independiente del Grao, no fue hasta 1802 cuando empezó tímidamente a desarrollarse el Camino del Puerto, una ruta recta que conectaba la ciudad medieval con las construcciones costeras en el Grao, Cabanyal y Lazareto (Nazaret).

Hacia el final del siglo XIX, observamos como este Camino del Puerto (futura Avenida del Puerto) empieza a cobrar importancia en el tráfico de mercancías y, sobre todo, comienza a poblarse. También se observa como dos líneas ferroviarias primitivas convergen en la Dársena, una procedente del norte en dirección Sagunto y otra procedente del sur con origen en la Estación del Norte, cerca de la nueva plaza del Ayuntamiento.

Los dos grandes primeros planes urbanísticos que tuvieron lugar en Valencia (“1ª Ley de Ensanche” de 1867 y “2ª Ley de Ensanche” de 1912) no consideraron ninguna reforma para concretar el tránsito de la ciudad al Puerto, a pesar de que ya en 1925 se preveía un fuerte crecimiento de la ciudad hacia el sur y el este, pero que estaba obstaculizado por un conglomerado irregular de líneas ferroviarias, carreteras y caminos. Mientras tanto, se realizaban proyectos en función de las necesidades, como el Puente de Astilleros, finalizado en 1931, que comunica el pueblo de Nazaret con el Puerto, y que se comenzará a usar como ruta alternativa ya que el Camino del Puerto empieza a saturarse de vehículos de mercancías.

No será hasta 1946 cuando se pone solución a los desequilibrios urbanísticos con el “Plan de reforma de Valencia y su cintura” (1939-1946). En este documento, del cual nos ha llegado poca documentación desgraciadamente, se proponen alternativas muy interesantes para unificar y ordenar la ciudad y, en consecuencia, generar un conjunto de alternativas de tránsito para mejorar las conexiones entre el Valencia y el Puerto, que se ve parcialmente absorbido por la trama urbana. Se trata del primer documento con un planteamiento supramunicipal de la ciudad del Turia.

Pero sin duda, la planificación que mayor repercusión tuvo tanto para la morfología urbana como para la ordenación del tráfico (y en especial el tráfico hacia el Puerto), fue el Plan Sur, aprobado en 1966 tras la riada del Turia en 1957, que planteó la desviación del cauce del río por la zona sur de la ciudad y la creación de un corredor que derivaría en el nuevo acceso a las terminales portuarias, pudiendo albergar una mayor capacidad de camiones. Además, se fue atrasando la línea ferroviaria hasta situarla a 500 m del nuevo cauce, creando la Estación Intermodal de la Font de Sant Lluís que da servicio al Puerto y que ha sido de gran utilidad durante la pandemia del Covid-19 por servir como centro de almacenamiento para desahogar el Puerto de contenedores inmóviles tras la congelación del comercio internacional durante los meses de confinamiento. Como curiosidad, existió durante 1971 un proyecto que pretendía aprovechar el antiguo cauce del río como autopista hacia el Puerto, pero que finalmente acabó por convertirse en el Jardín del Turia, afortunadamente para la salud de los valencianos…

Y con ello llegamos hasta la actualidad, con una ciudad de algo más de 800.000 habitantes que ha absorbido por completo al Puerto dentro de su trama urbana. Ello hace que toda la parte logística de transporte desde/hacia la costa al hinterland no tenga más remedio que desviarse por las autovías del nuevo cauce para poder desahogar el tráfico pesado de la ciudad. De hecho, la autopista V-30 se posiciona como la arteria principal de distribución de vehículos en la parte sur de la ciudad, teniendo en el tramo que va desde la aduana hasta Mislata, una intensidad media de 315.715 vehículos diarios en 2020, de los cuales el 12% son pesados, y llegando hasta un 21% en la sección más próxima a la aduana. Las primeras soluciones adaptadas (la Avenida del Puerto y el Puente de Astilleros) y algunas más recientes (la calle Juan Verdaguer) han quedado relegadas al tráfico urbano dada su poca capacidad y su lejanía a los puntos de acceso a las autovías. El mayor inconveniente visible es el acceso desde el norte, para el cual no hay más remedio que bordear la urbe por el conocido Bulevar Norte.

Plano de Valencia, 2021

Espero que te haya resultado curiosa la evolución de Valencia hacia el mar a través de los años y que comprendas la dificultad que tiene el movimiento de mercancías por tierra una vez se llega al Puerto, ya que la buena gestión de la logística terrestre es fundamental si se pretende que Valencia posea un puerto internacional competitivo.

¡Muchas gracias por leer el post!

Javier Navarro Martínez

Cuanto más se llene el camión, mejor


En clase anterior abordamos unos conceptos sobre gestión de stocks entre los cuales hubo un comentario que me llamó mucho la atención:

Calcular el punto de pedido, de reaprovisionamiento, el lote económico… o estimar los costes de lanzamiento y de almacenamiento son tareas que para un ingeniero de organización o de este máster parecen muy racionales, pero de poco sirven si luego no caben en el camión.

Y es que en todo este planteamiento el mayor condicionante es el camión (o el medio de transporte principal elegido, según el caso correspondiente)

Una de las filosofías del mayor distribuidor de alimentos español, Mercadona, es “cuanto más se llene el camión, mejor” dado que los productos con los que trabaja tienen un bajo precio de compra y de almacenamiento, y se obtiene un margen de beneficio reducido. Por ejemplo, si tenemos un lote económico Q de 150 palets, pero el camión solo tiene capacidad para 33 se suele tender a pensar que la solución es pedir más camiones para completar los 150 palets, pero lo cierto es que ello conllevaría a incrementar considerablemente el coste de lanzamiento (supongamos un coste fijo de lanzar camión de 400€). Por lo tanto, la curva del lote económico no tiene sentido si el camión va lleno y solo sirve para 1 camión. De hecho, si se emplea otro camión, la curva de lanzamiento parte de un punto mayor, como se puede ver en el Gráfico 1:

Gráfico 1. Evolución de los costes de lanzamiento y almacenamiento con 1 y 2 camiones. (Fuente: elaboración propia)

Entonces me planteé qué soluciones se pueden emplear para conseguir el máximo aprovechamiento del camión para el transporte de productos al almacén, siendo una de las más utilizadas la consolidación o grupaje. Se trata de una alternativa que permite una reorganización y agrupación de productos para la gestión unificada en el almacenamiento y transporte. Para el caso del transporte, que es el que nos ocupa, consiste en combinar la mercancía de varios clientes en un camión (aunque también puede ser en un contenedor (LCL – Less than Container Load) con el objetivo de evitar un viaje con media carga.

En este vídeo promocional de la empresa Webtrans, especializada en el grupaje, se pueden ver algunas de las dificultades físicas y tecnológicas que tiene emplear este método de transporte.

La gran ventaja

Una de las mayores ventajas que tiene la consolidación de cargas es el ahorro de costes operativos, ya que este agrupamiento de cargas permite compartir costes de envío y de almacenamiento, sobre todo para aquellas empresas que por sí solas no tienen ni la capacidad ni el volumen suficiente para poder enviar su producto. Este es uno de los problemas a los que me estoy enfrentando durante mi estancia de prácticas en una empresa de distribución del sector de la alimentación, donde se lleva empleando la estrategia de grupaje de mercancías durante años de manera satisfactoria.

A pesar de incrementar el coste de transporte, que corre a cargo de la propia empresa en este caso, el proveedor le ofrece descuentos de compra si recoge la carga en sus instalaciones. Esto le ha llevado a generar aproximadamente un 2% de ahorro de costes de transporte en cada una de sus secciones durante el ejercicio de 2020, tal y como se puede ver en el Gráfico 2, donde se muestran dos secciones aleatorias. Esto significa que le supondría más caro a la empresa que cada proveedor entregara su propio producto directamente en el almacén, tanto a nivel económico como a nivel de saturación de los diferentes muelles de descarga.

Gráfico 2. Ahorro aproximado en el transporte por grupaje (€) en 2020 en 2 secciones. (Fuente: elaboración propia)

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J. Javier Navarro Martínez

EDI (Electronic Data Interchange) – Todo lo que debes saber


Aprovisionamiento

Recientemente hemos visto en clase como las unidades de carga (los productos, las cajas, los palets, etc.) requieren de una codificación para su correcta identificación por parte de las empresas. Dado que el primer paso fue estandarizar los productos y su forma de almacenarlo, tal y como se puede observar en la guía de “Unidades de carga eficientes” creada por AECOC como una recomendación para la Logística, el siguiente paso natural es una gestión de la codificación. Los códigos estándar más empleados son el EAN-13 para unidades sueltas, EAN-14 para la agrupación en unidades comerciales o logísticas (por ejemplo un pack, una caja, etc.) y el EAN-128, que permite almacenar información del palet, y por lo tanto, más datos muy interesantes para la Logística (número de lote, cantidad de unidades, fechas de caducidad, dimensiones, etc.).

Fue entonces cuando me planteé la siguiente pregunta: ¿Cómo se realiza el intercambio de esta información entre las empresas? Normalmente, en la industria convencional, los productos se “pistolean” con un lector tipo PDA leyendo estos códigos de barras para después generar un albarán que por lo general se suele entregar al transportista, quien los lleva hasta el destino. Por esta razón volví a preguntarme: ¿existe algún método que permita agilizar este procedimiento en el área del aprovisionamiento de materiales?

Mi respuesta ha llegado justo cuando he comenzado a realizar mis prácticas de empresa, donde me han presentado el concepto de EDI (Electronic Data Interchange o Intercambio Electrónico de Datos), que consiste en el envío y recepción de documentos, es decir mensajes, en un formato normalizado (un lenguaje estándar) entre los sistemas informáticos de quienes participan en el intercambio. Por esta razón investigué en el blog de la asignatura para ver si alguien más había hablado de este concepto y, de todos los posts que hay publicados desde 2015, únicamente 3 tratan esta herramienta tan importante. Os los dejo por aquí si queréis ojearlos:

He tomado estos posts como referencia y he compilado la información ampliándola sobre algunos aspectos que he considerado interesantes.

Como bien explica Lola, el funcionamiento del EDI se basa en puntos operacionales: cada emisor y receptor disponen de uno propio, que se podría traducir como un buzón propio, y será donde se almacenarán y desde donde se enviarán los mensajes. Existen varios tipos de mensajes EDI:

  • ORDER (Pedido): documento a través del cual se solicita un producto o mercancía (o un servicio), el envío de pedidos o la recepción de los pedidos de los proveedores.
  • INVRPT (Inventario): mensaje para intercambiar información de stock.
  • DESADV (Albarán): documento que informa de la mercancía que va a entrega el proveedor, que se genera una vez se ha cargado el camión y parte hacia su destino. También se conoce como aviso de expedición.
  • RECADV (Confirmación de entrega): confirmación de la recepción, donde se informa al proveedor de las referencias y cantidades que no se han recepcionado bien por rechazo del cliente o por fallo del proveedor. En definitiva, informa de cualquier anomalía de la mercancía entregada.
  • INVOIC (Factura): consiste básicamente en la factura en formato electrónico, donde se refleja la transacción comercial
  • PRICAT: mensaje donde se transmite la información relacionada con el catálogo de precios y productos/servicios ofrecidos por el proveedor.

Para entender esta herramienta habría que profundizar en su composición. Poniendo como ejemplo uno de los mensajes más empleados en la industria de distribución, DESADV, podemos entender el significado del mensaje cifrado. Este ejemplo, de un DESADV con número de matrícula, se ha obtenido de la Guía de Implantación EDI EANCOM (AECOC):

Ejemplo mensaje DESADV con número de matrícula. (Fuente: Guía de Implantación EDI EANCOM – Manual Técnico Multisectorial)

Con esta herramienta de transmisión de información electrónica se permite emplear la metodología CRP (Continuous Replenishment Program o Programa de Reaprovisionamiento Continuo), que es la base de estrategia ECR (Efficient Consumer Response o Respuesta Eficiente del Consumidor) que ya apuntaba Lola López, donde se amplía la visión de la cadena de suministro dejando al proveedor, que es quien conoce mejor el grado de venta de su producto, que haga la propuesta de pedido al cliente y no al revés como se hace de forma natural. Esta forma de trabajo se suele ver en la cadena de suministro de la comida procesada.

Quantifying the benefits of continuous replenishment program for partner  evaluation - ScienceDirect
Dinámica de pedidos en un entorno no-CRP (arriba) y en un entorno CRP (abajo). (Fuente: Parsa et al., 2017)

En definitiva, el uso de EDI en la empresa conlleva una serie de ventajas muy notables, como las que comenta Nefertari García, entre las que se pueden mencionar:

  • Ahorros en costes por la eliminación del papel
  • Reducción de los errores y mayor productividad del personal antes dedicado a la introducción de datos
  • Transmisión de datos más eficiente
  • Simplificación del funcionamiento al normalizarse las transacciones
  • Disminución de gastos de tratamiento y transmisión de una transacción comercial
  • Conocimiento más rápido de incidencias

¡Muchas gracias por leer el post!

Javier Navarro Martínez