Transportando aire


Una mala previsión de ventas puede conllevar una mala planificación de compras. De esta manera, se puede incurrir en acumulación de producto o en roturas de stock. La rotura de stock, cuando hay un gran número de pedidos en firme, puede provocar que la empresa haga cualquier cosa por aprovisionarse de ese producto para no perder la venta y quedar mal con el cliente. Esta situación era habitual en mi anterior empresa, y la solución no era la que yo consideraría idónea.

Pongamos el siguiente supuesto basado en una experiencia real:

Una empresa cuyos productos estrella son los juguetes, rompe stock de un balón de fútbol a finales de diciembre, teniendo pedidos en firme para más de 2.000uds. La solución que se aporta, debido a que es imposible dar una orden de fabricación a china y que las unidades lleguen antes de Reyes, es la siguiente: comprar 2.400uds a sus socios de EEUU y pedir que vengan por envío urgente desde Los Ángeles.

Estamos hablando de transportas balones de fútbol hinchados y cuyo packaging consiste en cajas cuadradas etiquetadas en inglés. Esto supone que se va a pagar un envío urgente aéreo de un producto que en su mayor parte es aire, y que puede suponer un coste perfectamente de 3000€ o más.

Una vez el contenedor llega a España, se debe de transportar al almacén de la empresa, donde se deberán de imprimir fajas o etiquetas en español que cubran las americanas y colocar instrucciones en español en el interior de la caja. La manipulación de estos productos, incluyendo el diseño e impresión de los añadidos, es de unos 5cent./pegatina y 10cent./instrucciones o faja.

Posteriormente, se envían las unidades a los clientes catalogados como preferentes, ya que los pedidos han ascendido hasta las 3.000uds aproximadamente y no se puede servir a todos. Esto se traduce en que las unidades llegan a las tiendas con el tiempo justo para exponerse, apenas unos días antes del día de Reyes. Una gran parte no llega a venderse, por lo que se incurre a las pocas semanas en una devolución por parte de cada una de las tiendas donde se había enviado la mercancía urgente.

Finalmente, la mercancía regresa al almacén de la empresa, quien ha incurrido en unos sobrecostes para conseguir unas unidades que no se han vendido y, por tanto, la operación finaliza en pérdidas.

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