Consecuencias del COVID-19 en el transporte marítimo


Parece que durante esta época de confinamiento la gente está comprando bastantes productos (no solo alimentarios), como reflejan los carteles de “sold out” de grandes cadenas en artículos como las bicicletas estáticas, las pantallas y los equipos informáticos. Gigantes como Ikea anunciaban que tenían muchos productos relacionados con el teletrabajo agotados temporalmente.

No obstante, esta situación puede que no se prolongue mucho más en el tiempo. La gente que necesitaba ese equipamiento, probablemente ya lo haya conseguido. Y por desgracia otra mucha gente habrá perdido su empleo, por lo que bajarán las ventas.

Todo esto se refleja en la gran preocupación que tienen los grandes operadores logísticos, ya que se espera que los envíos de contenedores desciendan hasta un 30% en los próximos meses. De hecho, según informan en SupplyChainBrain, algunos contenedores ya están siendo enviados únicamente al 20% de su capacidad, encareciendo los costes de los envíos, empeorando la situación.

Un escenario que contrasta con el inicio de año optimista que habían vivido grandes empresas como Cosco Shipping Holdings, que empezaron el año con un gran empuje.

Algunas empresas van a establecer nuevas rutas mientras las exportaciones en Asia siguen en niveles mínimos.

Por suerte, consideran que estas rutas servirán para hacer más fuerte y global el negocio, una vez se haya reestablecido la situación, empujando el crecimiento tras la pandemia.

Esperemos que así sea.

Jose Navarro

Cadenas de suministros circulares y la sostenibilidad


En muchas ocasiones parece que los coches eléctricos parecen la gran salvación para el eterno problema de la movilidad sostenible. Ya sea en modalidades de uso privado o compartido, si queremos seguir teniendo acceso a las ciudades en este tipo de transportes, todo pasa por la implantación de estas tecnologías.

Desde que el primer Tesla Roadster allá por el (ya lejano) 2008 pusiera las miradas de nuevo sobre esta tecnología, la industria ha sufrido un gran cambio en parte promovido por esta empresa de carácter tan particular.

Tuvo que ser una empresa fuera de las grandes compañías automovilísticas la que revolucionase el sector. Este outsider cambio muchos de los conceptos establecidos, e inicio lo que otras marcas como General Motors no se atrevieron a hacer. Como olvidar el mítico y desaparecido EV1 (para los más curiosos os recomiendo el documental “Who killed the electric car”).

Y a pesar de que, en la actualidad, todas las grandes marcas tienen su cuota de vehículos eléctricos, parece claro que hasta que no exista una industria que se encargue de la parte más costosa de estos vehículos no lograrán llegar a las masas. Precisamente esto es lo que proponen Yohannes A. Alamerew y Daniel Brissaud en su artículo “Modelling reverse supply chain through system dynamics for realizing the transition towards the circular economy: A case study on electric vehicle batteries”.

En el documento explican como la creación de una cadena de suministro inversa, que promueva la economía circular de las baterías eléctricas de los coches, puede hacer despegar de una vez por todas esta tecnología. Se basan en que los fabricantes tienen que reemplazar las baterías originales por seguridad cuando están en torno al 80% de degradación, lo cual aun permitiría muchos usos. Podrían crearse cadenas de suministro con empresas que se dedicasen a la extracción, acondicionamiento, preparación y venta de estos productos. Por supuesto, estas empresas podrían ser triplemente sostenibles.

¿Creéis que podría ayudar a que veamos coches eléctricos interesantes a costes más razonables? Desde luego los costes de las baterías, al menos en formas de pago tipo renting o leasing, podrían bajar mucho al tener una segunda vida garantizada.

Jose Navarro

PD: aquí os dejo el artículo por si queréis ampliar la información. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S095965262030072X?via%3Dihub

Drones y la logística… ¿Por fin unidas?


Como hemos hablado en anteriores entradas, está claro que como consecuencia de la crisis del COVID-19 los modelos de negocio están teniendo que adaptarse a las circunstancias. De hecho, incluso están apareciendo ciertas oportunidades.

Parece que estas oportunidades no son tanto desarrollar nuevos y complejos productos, si no encontrar usos alternativos o mejorar esos usos, a los ya existentes. En concreto los drones parece que están ganando (más) relevancia. Las empresas y los organismos gubernamentales se han dado cuenta del potencial que tienen a la hora de proporcionar información rápida y mejorar el control de zonas de gran afluencia de personas, o de entregar mercancías de gran valor de manera rápida y precisa.

En muchas ciudades nos hemos acostumbrado a ver drones de la policía anunciando las normas de seguridad que debemos seguir, pero lo que están haciendo en Inglaterra va un paso más allá.

Según cuentan en WCYB, el gobierno está probando el uso de drones para llevar suministros médicos con la mayor agilidad posible. para ello están utilizando drones de gran tamaño (casi pequeños aeroplanos), que les permiten salvar grandes distancias y llevar provisiones a zonas con conexiones logísticas pobres. Además, pueden llevar una gran carga y aterrizar en zonas realmente pequeñas, lo que les permite comunicar grandes áreas geográficas de una manera eficiente y económica.

¿Creéis que estas nuevas aplicaciones pueden hacer despegar por completo el uso integral de drones en las grandes cadenas de suministros?

Jose Navarro

Lecciones de la crisis del Coronavirus


Últimamente muchos autores están publicando artículos acerca del tema del momento. La verdad es que hay mucho contenido del que podemos aprender, ya que en el mundo del Supply Chain Management, evitar y resolver las contingencias de manera rápida y precisa es clave.

Y precisamente esta crisis nos ofrece la posibilidad de ver como las grandes empresas toman este tipo de decisiones, que con el tiempo veremos si son acertadas o no, y nos permitirán aprender de los errores que algunas cometerán. No obstante, parece claro que hay varios puntos que todas las empresas tendrán bastante claros.

Según diversos autores, parece claro que en primer lugar las empresas tienen que asegurarse que controlan perfectamente el funcionamiento interno de la empresa, y que todos sus procesos están bien definidos. Casi todos los empleados que puedan trabajar desde casa lo harán, por lo que si no está todo bien definido pueden surgir problemas de situaciones aparentemente sencillas.

Por otro lado, es necesario que las compañías trabajen con su cadena de suministro para buscar que todas las partes estén centradas en unos objetivos comunes. Van a ser tiempos difíciles para las empresas pequeñas y hay que asegurarse de que no afecten al flujo de materiales de la cadena. Pagar a tiempo a tus proveedores puede evitar su quiebra y la tuya.

Finalmente, muchas empresas van a optar por intentar conseguir los máximos recursos posibles cerca de las plantas de fabricación. Es decir, en lugar de crear complejas cadenas de suministro desde China u otros países, muchas de ellas optaran por buscar colaboradores locales, los cuales les aseguren suministros en caso de que se reproduzcan los cierres de fronteras (protegiéndose además de posibles rebrotes en ciertas zonas.

Parece que la clave residirá en las relaciones que establezcan las empresas entre ellas, y las decisiones que tomen buscando la fiabilidad a largo plazo en vez de los riesgos a corto y medio plazo.

Jose Navarro

Automóvil: ¿Oportunidad o crisis?


Con las fábricas en pleno proceso de reactivación, parece claro que la industria del automóvil ha perdido mucho durante el comienzo de esta crisis.

Fueron de los sectores que antes tuvieron que paralizar la producción, cerraron sus canales de venta por lo que no pudieron recibir ingresos por lo que ya habían fabricado, y además sus productos (de alto coste y valor) llevan dos meses perdiendo valor en “campas”. Para remate los talleres están bajo mínimos, pues la gente no está utilizando los coches y en caso de utilizarlos evita a toda costa ir al taller. ¡Hasta han autorizado prorrogas para pasar la ITV!

A pesar de todo, parece que la industria no está tan mal como pueda parecer. Muchos países preparan grandes paquetes de ayudas para la industria. Lo creen necesario pues estas empresas dan trabajo a muchísimas empresas, además de fortalecer los tejidos industriales tan necesarios hoy en día.

Pero realmente la clave puede estar en la sociedad. Casi todas las grandes ciudades avanzaban hacia ciudades sin transporte privado, buscando fomentar el transporte publico o en su defecto el compartido. El problema es que todas estas iniciativas van a quedar paradas durante mucho tiempo.

Entonces las preguntas son, ¿si la gente comienza de nuevo a utilizar el transporte privado (como así están fomentando los gobiernos), dejarán de utilizarlo cuando tengamos una vacuna universal? ¿Puede ser el coche eléctrico el gran beneficiado de esta gran crisis?

Personalmente creo que los fabricantes de automóviles tienen una buena oportunidad, sobre todo aquellos que tienen más adelantada su tecnología eléctrica, siempre y cuando tomen las decisiones acertadas.

Jose Navarro

Centrales eléctricas bajo demanda


Durante la gestión de la crisis del coronavirus, la gran mayoría de países cerraron sus fronteras. Por lo que estamos viendo últimamente, los países más industrializados parecen estar sufriendo menos dificultades a la hora de poder disponer de los recursos necesarios para hacer frente a esta situación.

Los países con menos industria han tenido que actuar de manera ágil y precisa, ya que un error de calculo podía llevar a desabastecimientos en ciertos sectores.

Como bien explicaba nuestro compañero Borja Oltra en su post “¿Quiénes son los grandes ganadores de esta crisis?”, ha habido muchas compañías que están aprovechando la situación.

Karpowership es una de las empresas que ha visto una oportunidad, adaptando su modelo de negocio para buscar obtener los máximos beneficios de la coyuntura actual. La empresa se dedica a desarrollar plantas de energía instaladas en grandes barcos, lo que les permite llevar dichas plantas a muchos lugares del mundo.

Antes de la crisis, los barcos se utilizaban principalmente para aumentar la velocidad de desarrollo de grandes proyectos. Con una flota de 25 barcos, Karpowership operaba en más de 11 países.

Actualmente muchos países dependen de acceso a gas o a otros recursos, los cuales con las barreras a la movilidad que tenemos hoy en día, pueden dejar de llegar a zonas más remotas.

Por este motivo, Karpowership espera que la demanda de sus 25 barcos aumente considerablemente. De hecho, ya están en negociaciones para fabricar nuevos barcos y aumentar la potencia de los barcos actuales.

Jose Navarro