Criptomonedas contra Cadenas de Suministro


La crisis del COVID-19 ha causado multitud de efectos adversos en diferentes cadenas de suministro a lo largo de todo el mundo, sin embargo, a pesar de ser el más notorio, este “evento” no es el único que ha sacudido la producción y el mercado de componentes electrónicos recientemente.

Las criptomonedas, a día de hoy, continúan creciendo tanto en número como en valor gracias, por un lado, a su dificultad de rastreo, que las hace interesantes de cara a exigir recompensas tras un hackeo en masa a una gran compañía y, por otro lado, al impulso mediático que personas influyentes como Elon Musk realizan activamente en sus redes sociales.

A primera vista, estos dos factores podrían no tener ninguna relación, sin embargo, ¿qué pasa si te digo que terceras personas podrían estar usando tu ordenador para conseguir criptomonedas a través de un virus informático?

El mineo de criptomonedas, en su mayoría de Bitcoins o ETH, es una práctica cada vez más común por la cual se construyen superordenadores que, con un gran número de tarjetas gráficas, son capaces de poco a poco “crear” estas criptomonedas, sumándolas constantemente a una cartera virtual. Para que os hagáis una idea, un ordenador común puede tener 1 o 2 sistemas que funcionen como tarjetas gráficas, pero un ordenador destinado al mineo necesita, como mínimo, 6 y como máximo, todas las que pueda alimentar con su corriente eléctrica.

Esto ha provocado un pico en la demanda de estos componentes que ha sacudido los restos que quedaban de unas cadenas de suministro completamente destruidas a raíz de los confinamientos provocados por el COVID-19, llegando a tal nivel que, a pesar de que desde las empresas punteras del sector llevan meses dedicando todos sus esfuerzos a subsanar estos problemas, todavía confían en que quedan muchos meses de escasez donde la demanda va a superar con creces la producción de todos los escalones de estas cadenas de suministro.

Debido a todo esto, se han empezado a ver secuelas en forma de precios desorbitados, bots programados para comprar automáticamente los stocks cuando se ponen a la venta, ataques informáticos, beneficios multimillonarios para las grandes empresas productoras y escasez de productos para el público general, en lo que parece que será la situación durante los próximos meses, como mínimo.

César Calabuig Llamas

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