EL CONFINAMIENTO


Todo el mundo se reía de lo lejos que se encontraba de Europa el SARS-CoV-2 o, comúnmente conocido como, el coronavirus. 

En la lejana ciudad china de Wuhan fue detectado por primera vez. Sin embargo, nadie, a excepción del gobierno chino, prestó la mayor atención a esta enfermedad infecciosa. Y, por ese despiste, se encuentran mil millones de personas confinadas en el mundo

Se ve como los gobiernos se encuentran en un brete ahora mismo. La demanda mundial de mascarillas está en alza pero la industria no tiene margen de respuesta. Además, se puede unir la demanda de guantes, pantallas protectoras, alcohol sanitario y un sinfín de lo conocido como EPIs. La respuesta ha sido poner toda la maquinaria de empresas de ese y otros sectores a fabricar como la colaboración de particulares. La capacidad industrial está al máximo, pero se duda si la distribución a centros de salud (hospitales, hospitales de campaña, residencias, clínicas, …) está respondiendo a la altura demandada. 

A todo este revuelo, se añade una de las pautas más extendidas como es el distanciamiento social que degenera en el teletrabajo. Un concepto que en España era un gran desconocido y ahora se ha puesto de moda por la crisis. Pero ¿realmente la población española puede llegar a teletrabajar y, permitid una licencia, telestudiar? De acuerdo al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, el país posee la mejor fibra óptica de Europa. Sin embargo, todos están experimentando que su red local no soporta la necesidad de datos y se bloquean a niveles catastróficos los sistemas. Por tanto, todo lo “tele-” se está complicando en demasía.

Resultado de imagen de TELETRABAJO

Así pues, aquello que empezó como un despiste, pasó a ser una crisis sanitaria arrastrando a todos los sectores con ella. Se verá, en un futuro no muy lejano, qué nos deparará todo esto. 

Un comentario en “EL CONFINAMIENTO

Deja un comentario