Carencias que ya estaban, pero que no señalábamos hasta ahora


La pandemia pone de manifiesto las amenazas y debilidades existentes en la actual forma de diseñar las cadenas de suministro y demanda una nueva forma de plantearlas. No es la primera vez que algún desastre pone en dificultades a las cadenas de suministro, desde principios de los 2000 se ha sufrido la epidemia de SARS, el tsunami de Japón o las inundaciones en Tailandia.

Sabemos los riegos de interrupción que tiene una cadena de suministro, pero rara vez se tienen en cuenta en la toma de decisiones aquellos de tipo social, como el potencial de reducir los estándares laborales o ambientales. El resultado de esta forma de proceder son unas cadenas de suministro que fomentan la deslocalización en zonas industriales sofocadas por humos, llenas de trabajadores mal pagados y que operan bajo regulaciones ambientales más que precarias.

Pero existe otra forma de diseñarlas, una en la que todos los participantes están menos expuestos a los riesgos inherentes a las cadenas de suministro de hoy en día. Cadenas de suministro más equitativas en las que la colaboración entre la gestión y los trabajadores fomenta la compartición de habilidades, ideas, procesos innovadores y, en última instancia, redunda en mejores productos, que significa mayores beneficios y salarios.

El modo de conseguir este tipo de diseño de cadenas de suministro es el uso de un nuevo enfoque que los autores Susan Helper, John Gray y Beverly Osborn llaman Valor de Contribución Total (Total Value Contribution). El Valor de Contribución Total anima a primero considerar como afecta la decisión a los valores conductores de la cadena de suministro. Valores como la seguridad, la confiabilidad y la sustentabilidad antes que los costes.

Muchos autores coinciden en que la crisis del COVID-19 es el mejor momento para repensar las CdS y hacerlas girar la dirección adecuada. Este ha sido el primero de una serie de artículos que tengo pensados sobre la importancia de la calidad de las relaciones entre agentes de una CdS, algo de lo que se ha hablado mucho durante este curso y que realmente creo que su importancia es vital. No es que con esta crisis se cree la necesidad de relaciones más estrechas, si no que saca a la luz y acentúa las carencias que ya existían y se “asumian”, pero ya no ante este escenario.

2 comentarios en “Carencias que ya estaban, pero que no señalábamos hasta ahora

  1. ¿Crees que realmente las empresas van a ser capaces de rediseñar sus cadenas de suministro para evitar la deslocalización de toda la producción a un único continente, o que finalmente volverán a analizarlo todo desde el tema de costes? Cuesta imaginar que vayan a construir fábricas en Europa cunado la tendencia sigue siendo cerrarlas, incluso en sectores como el automovilístico donde se nos considera innovadores.

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    • Yo creo que en sectores críticos como el sanitario sí que podría pasar. Durante esta pandemia de COVID-19 hemos visto situaciones dramáticas tanto para el sector público como para el privado en las que por depender del suministro desde terceros países se ha sufrido mucho. No sé en que medida se dará pero creo que, al menos en el sector sanitario, sí ocurrirá.

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