Prevenir mejor que curar: Prepararse para riesgos extraordinarios


No hace mucho leí un artículo preparado por la consultora estratégica McKinsey & Company, a raíz de otro elaborado por Harvard Business Review, que tratan sobre los mecanismos de protección frente a sorpresas que las empresas y sus cadenas de valor deberían tener, puesto que si bien son improbables pueden tener un impacto devastador, como la pandemia. En este post resumiré las claves que proponen varios socios de la firma para estar lo mejor preparado posible. Y es que, aunque baja, pero nunca cero, es precisamente la probabilidad de que haya una pandemia mundial, o un desastre natural, pero ocurren y provocan grandes pérdidas.

Herramientas como el modelado de sistemas dinámicos permiten analizar escenarios con circunstancias diversas, pero siguen quedándose cortos cuando tal «improbable» escenario aparece y tiene muchas más implicaciones de las que se habían podido prever. Un claro ejemplo ha sido la pandemia de COVID-19, que a pesar de que producciones de Hollywood como Contagio, ya ilustraban las posibles consecuencias de un parón de estas características, muchas empresas no estaban preparadas. Solo en España, 68.000 empresas se declararon en quiebra en 2020, de las cuales el 99% eran pymes de menos de 50 trabajadores.

La cantidad de riesgos con grandes consecuencias y baja probabilidad de ocurrir es demasiado grande como para planificarlos todos, cosa que en parte, es la causa por la cual muchas empresas no planifican, y menos si son pequeñas como pasa aquí. Pero para tomar decisiones, es necesario conocer los riesgos a los que nos podemos enfrentar e identificar cuáles son los más importantes con el fin de estar lo mejor preparado posible. No es lo mismo que algo perjudique el negocio que que destruya la empresa.

Gráfica propuesta por el Análisis de McKinsey & Company

Esta cuadrícula propuesta por la firma, mide las sorpresas predecibles que podrían destruir la organización según el impacto. Su probabilidad no está en duda aquí, ya que todos estos riesgos se consideran de baja probabilidad.

En el eje horizontal (certeza del impacto), los riesgos colocados a la izquierda (certeza baja) podrían cambiar de posición a medida que se aprende más sobre ellos. Para aquellos riesgos situados más a la derecha en este eje, su mayor certeza de impacto indica a la junta directiva y al CEO que mitigar estos riesgos implicará cierta inversión (esas son las grandes apuestas). Con esta información, los empresarios deben identificar acciones que podrían reducir el impacto de varios de los riesgos a la vez.

Aunque protegerse contra eventos extraordinariamente raros puede parecer contradictorio. Los riesgos son muchos y los recursos finitos. Sin embargo, teniendo clara la propuesta de valor de la empresa y los riesgos a los que se enfrenta, es posible mitigar los efectos si alguno de ellos se diera, cosa que puede significar la diferencia entre la extinción y la supervivencia.

Así que ya sabéis, es un pequeño tip que puede ser muy útil en nuestro futuro profesional. Ya lo decía mi abuela «¡Mejor prevenir que curar!», pero McKinsey y Harvard lo elaboran un poco más.

Salvador Amorós Dobón

Deja un comentario