El brote de COVID-19 activa el interruptor de cambio


El movimiento de contenedores en las rutas trasatlánticas y transpacíficas se han reducido, por la crisis del COVID19, debido al cierre de la fabricación de empresas chinas y a la recesión originada en Norte América y Europa. Las cadenas de suministro se han visto afectada debido al retraso de los pedidos, cancelación de escalas por parte de los buques en ciertos puertos, ya que no realizan carga ni descarga. La pandemia ha creado un shock de demanda negativa en todos los mercados, causando una grave interrupción de la cadena de suministro. No se puede predecir con exactitud qué pasará en el futuro con el control, brote o desaparición del virus; sin embargo de acuerdo, al análisis del primer trimestre del 2020 según el informe presentado por Vicente José Pallardo, hace mención que el PIB mundial se reducirá en este año entre el 3 y 4%, siendo una de las caídas más históricas después de la Segunda Guerra Mundial.

Existen cambios que podrían aplicar empresas y comercios después de esta crisis, entre lo importante a destacar es la restructuración de las Cadenas Globales de Valor, las mismas que debe ser considerada por los países para relocalizar parte de la cadena de suministro, en otros países asiáticos o al este de Europa, evitando de esta manera la dependencia de suministros de un solo proveedor, como lo es China considerado la fábrica del mundo. También muchas empresas cambiarán la política de JIT para bienes primario e intermedios, ya que se considerará tener un stock para evitar el estrangulamiento de las cadenas de suministro.

Otro de los aspectos importantes a considerar es la aceleración hacia la transformación digital de las empresas, con inversión en recursos y aplicaciones tecnológicas, en lo que se refiere a la logística la aceleración se dará en la gestión de almacenes, en donde se concentra un número considerable de recursos que deberán reducirse para ser más eficientes. La aceleración hacia la industria 4.0 será esencial, en donde gracias al uso de la tecnología y la gran cantidad de datos, se podrá realizar previsiones, ajustar las operaciones y actuar inmediatamente de la forma más flexible y eficientes a los cambios que se produzcan especialmente relacionados a los requerimientos del cliente. Los centros de producción de diferentes partes del mundo recibirán los diseños digitales y la producción se realizará en el lugar más cercano al consumo del cliente, disminuyendo los costes logísticos. Por otro lado, implementar sistemas de pago por uso, que eviten la inversión en infraestructuras y permitan aumentar o reducir el servicio de forma flexible según la demanda.

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