Mascarillas: ¿las compras o las haces?


Actualmente existe cierta histeria colectiva por hacerse con una mascarilla para defenderse frente al Covid19. ¿Pero cuanto puede llegar a costar una mascarilla? Actualmente, una vez se han reabastecido mínimamente las farmacias y al sistema sanitario, una mascarilla quirúrgica puede valer entre 50 céntimos y 1 euro de media.

El problema viene cuando resulta que esa mascarilla no debes de llevarla más de 4 horas, por lo que cualquier persona que realice una jornada laboral de 8 horas fuera de su domicilio, al sumar los desplazamientos, deberá de utilizar al menos 3 mascarillas diarias. Esto se traduce en un uso semanal mínimo de 25 mascarillas, sin contabilizar la hora de salir a pasear o el ir a hacer la compra, lo cual supone un gasto semanal por cada miembro de la unidad familiar a tener en cuenta.

En esta situación, se plantea la siguiente pregunta: ¿no sería mejor para el bolsillo y el medioambiente hacernos mascarillas de tela?

Sí y no. Las mascarillas de tela que cualquiera se puede hacer en su casa a partir de tutoriales o de las propias especificaciones del gobierno no protegen tanto como la mascarilla quirúrgica frente al Covid19, e impiden menos la propagación del virus. También es cierto que si en lugar de hacerlas con una capa de tela, se confeccionan con 3 o 4, la protección será mayor.

A demás, tienen las ventajas sobre las quirúrgicas de ser reutilizables (lo cual supone un gran ahorro tanto económico como de materiales que después se desechan) y personalizadas (desde un punto de vista psicológico, resultan más divertidas/menos deprimentes dado que se pueden combinar con la ropa, y pueden resultar más atractivas a los niños al ser de sus personajes favoritos). Este último punto me parece algo importante debido a que esta situación es probable que se alargue en el tiempo, y no todo el mundo será capaz de afrontarla de la misma manera.

Por todo esto, considero importante que nos planteemos si no es mejor dejar las mascarillas quirúrgicas a quienes realmente las necesitan (como pueden ser los sanitarios) y promover que la población que no presente síntomas y no se considere grupo de riesgo haga sus propias mascarillas reutilizables o bien las adquiera. De esta manera, el impacto medioambiental será mucho menor a si todos utilizamos mascarillas desechables, el coste económico para las familias disminuirá y no habrá escasez de material sanitarios para aquellos que realmente lo necesitan.

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