En la fábrica de Ford de Almussafes se comenzó en 2017 a realizar pruebas con exoesqueletos en los operarios de su cadena de montaje para evaluar el impacto en su jornada a nivel ergonómico.
Esto supondría una alternativa al uso de la automatización en los casos en que no exista suficiente espacio para instalar un robot o para tareas que solo puedan ser realizadas por operarios, pero que a su vez requieran tomar posturas incómodas.
Pero, ¿qué es un exoesqueleto? ¿cómo funciona?
Pueden estar fabricados de distintos materiales, los más comunes son el acero inoxidable, aluminio o fibra de carbono. El que se utilizó en Ford consistía en un eje central que va paralelo a la columna y que se ramifica en la parte superior hacia los brazos, sujetándose a la altura de la cintura y del pecho con un sistema similar al de una mochila de montaña. Su funcionamiento es completamente mecánico (realizaron pruebas con uno neumático y con uno eléctrico pero al cabo de poco tiempo se quedaban sin aire y sin batería, respectivamente) y lo que hace es repartir la carga ejercida sobre otros músculos más fuertes, como el deltoides, bíceps femoral y cuádriceps.
Cabe destacar que su función es la de reducir la fatiga y las probabilidades de lesión en los operarios en algunas tareas concretas, como cuando se mantienen los brazos por encima de la cabeza. Por lo tanto, no están destinados a ser parte de la indumentaria habitual de trabajo ni tienen la finalidad de aumentar las cargas que deba soportar el trabajador.
Logística de Aprovisionamiento y Distribución 